Los expertos del sector inmobiliario y los economistas están actualizando sus cálculos y vaticinan una bajada de los precios de la vivienda usada de dos dígitos, con especial incidencia en las zonas turísticas; un freno en la construcción de nuevas viviendas, y un tímido ajuste de las rentas del alquiler, mercado que se verá reforzado por un nuevo repunte de la demanda.
Situación bien distinta es la que se espera para la obra nueva. Las ventas ya firmadas se están manteniendo con total normalidad, lo cual es muy importante porque el producto que está en construcción en este momento vendido está en un 85% aproximadamente. Respecto a las nuevas ventas, se está recibiendo información positiva de las empresas, puesto que se están produciendo reservas y ventas, aunque en ritmos muy inferiores a los de una situación normal.
Las zonas con caídas más bruscas serán en las zonas de segunda residencia, lugares de playa y regiones con mayor desempleo. También en aquellas viviendas que, independientemente de dónde se ubiquen, tengan poca luz natural, “por el trauma que ha dejado el confinamiento”.
En concreto, la caída de precios de la vivienda de segunda mano podría superar el 10% en Palma de Mallorca, Alicante, Barcelona, Valencia o Canarias, según los números que maneja Colliers.
Una caída más moderada en los alquileres. En general, el mercado cree que a muchos potenciales compradores les será imposible acceder a una vivienda en propiedad, por lo que se verán obligados a acudir al mercado del arrendamiento, que ya arrastraba una sobredemanda antes de la llegada del coronavirus. Por ello, los expertos no atisban una bajada significativa de las rentas.
Fuente: idealista/news